En los últimos tiempos, hemos sido testigos de cómo el carnaval de Esquina ha dejado de ser un evento que une a la comunidad para convertirse en un negocio despiadado que busca beneficiar solo a unos pocos. Es lamentable ver cómo la esencia popular se ha diluido y se ha priorizado el lucro sobre la autenticidad y la participación de todos.
El carnaval, que alguna vez fue una celebración llena de encuentros de amigos, rivalidades amistosas y bailes apasionados, ahora se ve opacado por la necesidad de cobrar altas sumas de dinero por entradas y sillas. Esta tendencia va en contra de la verdadera esencia del carnaval, que debería ser una fiesta para todos, sin importar su situación económica.
Es comprensible que se busque mejorar la tecnología y modernizar el corosódromo de Esquina, pero no debemos olvidar que la inclusión y la accesibilidad son fundamentales. No podemos dejar atrás a aquellos que no están familiarizados con la tecnología o que no tienen los recursos para acceder a ella. La capacitación y la instrucción son clave para garantizar que todos puedan disfrutar plenamente del carnaval, sin importar su nivel de conocimiento tecnológico.
Es hora de replantear el rumbo del carnaval de Esquina y devolverle su carácter popular. Debemos trabajar juntos para asegurarnos de que el carnaval sea una celebración inclusiva, donde todos puedan participar y disfrutar sin sentirse estafados. La verdadera riqueza del carnaval reside en la diversidad y en la posibilidad de que todos, sin excepción, se unan para celebrar nuestra cultura y tradiciones.
Esperemos que esta reflexión sirva como un llamado a la acción y que podamos encontrar soluciones que restauren la esencia popular del carnaval de Esquina. Juntos, podemos hacer que esta fiesta sea verdaderamente para todos y que sea un motivo de orgullo para nuestra comunidad.
Recuerda que el carnaval es una oportunidad para unirnos y celebrar nuestra cultura. ¡No dejemos que se convierta en una decepción, sino en un motivo de alegría y unión para todos!”
