En una entrevista exclusiva, Marcela Martínez, la deslumbrante Embajadora del Carnaval de San Isidro, nos sumerge en la magia y la pasión de esta festividad emblemática.
Desde el primer momento en que conocimos a Marcela, su orgullo y felicidad por representar a San Isidro como embajadora cultural del Carnaval fueron evidentes. “Me siento orgullosa y muy feliz de ser la Embajadora del Carnaval de San Isidro”, nos confesó con una sonrisa radiante. Su papel va más allá de una mera representación; es un emblema de la alegría y la diversidad cultural que caracterizan a nuestro amado carnaval.
La comparsa Ara Yeví avy’a, ha sido el epicentro de la pasión y la belleza del carnaval en San Isidro. Marcela nos cuenta cómo esta familia hermosa ha dejado una huella imborrable en la historia de nuestra ciudad. “Ara Yeví avy’a es mucho más que una comparsa, es una expresión de nuestra cultura y una invitación a disfrutar de la grandeza del carnaval”, nos revela con entusiasmo.
Marcela añadió “La alegría que transmite el carnaval es inexplicable, y bailar los corsos es una sensación que quiero vivir siempre”, nos confiesa emocionada.
Sin embargo, el destino ha presentado un desafío inesperado, ya que las intensas lluvias han puesto en peligro la realización de los corsos oficiales de este año. Aunque es una situación triste, Marcela comprende la importancia de priorizar la seguridad y el bienestar de la comunidad.
“La vida es un carnaval”, afirma Marcela, y su pasión por esta festividad es contagiosa. Para ella, el carnaval de San Isidro es sinónimo de alegría, cultura, diversión y, sobre todo, familia. Sus expectativas son claras: desea que el Carnaval de San Isidro siga creciendo a nivel local, que se fortalezcan los lazos comunitarios y que la pasión por los corsos se multiplique. Desde su rol como embajadora, Marcela se compromete a seguir participando y contribuyendo en todo lo posible.
Marcela invita a todos a sumarse a esta experiencia única y maravillosa. “El proceso de armar un traje, compartir los ensayos y disfrutar de las noches de corsos es simplemente magnífico”, nos asegura. A pesar de los desafíos personales, como los estudios y la distancia, Marcela encuentra tiempo para dedicarse a perfeccionar su traje en cada momento libre que tiene. “Cuando uno quiere y le gusta lo que hace, siempre encuentra tiempo para el carnaval”, nos revela con determinación.
Ser elegida como embajadora cultural del Carnaval de San Isidro es un sueño hecho realidad para Marcela. “Jamás imaginé que sería una de las cosas más maravillosas que me han pasado en la vida”, comparte con emoción. Esa noche mágica fue inolvidable tanto para ella como para todos aquellos que tuvieron el privilegio de presenciar su deslumbrante presencia.
Marcela Martínez, con su belleza y su pasión desbordante, personifica el espíritu festivo del Carnaval de San Isidro. Su papel como embajadora cultural es fundamental para promover y difundir la riqueza cultural de esta celebración tan esperada.