Esquina, sutil e incisivo análisis de un afiliado radical.

Luego de los acuerdos dados en las ciudades y pueblos de Corrientes evitando la interna partidaria llegó a nuestra redacción este artículo con pedido de publicación:

Hoy, como buen domingo, mientras miraba fútbol y admiraba a Gallardo y su constante reinvención y renovación, pensaba automáticamente una analogía con el partido radical de Esquina y sus autoridades.

A todos los que nos gusta este deporte, sobre todo a la gente que es hincha de River, nos resulta fácil reconocer la calidad que tuvo como jugador Marcelo Gallardo y la que tiene actualmente desde otra función.

En el partido radical esquinense seguramente hubieron jugadores que tuvieron su momento de gloria y de reconocible desempeño, que inclusive deberían ser más reconocidos por su tarea. El problema radica cuando mucho tiempo después de su esplendor 20 o 30 años, algunos jugadores del partido pretenden seguir jugando y quieren hacerlo desde el mismo rol. Acá no me refiero a una cuestión etaria, ya que muchos afiliados de la misma edad nunca tuvieron la posibilidad de entrar a jugar a la cancha. El problema es que este grupo de ex jugadores, que se autoperciben eternos, se convirtieron en dirigentes y desde ese lugar convirtieron a un partido popular y democrático en un club de barrio, pero un club cerrado. Donde ni siquiera permiten incorporar socios afiliados evitando pluralidad de voces y opiniones, que puedan votar en contra de los intereses que ellos tienen. Son jugadores que no buscan el beneficio del equipo, del escudo, sino perpetuarse ellos dentro de ese equipo titular, sin darse cuenta del daño que eso provoca hacia adentro y hacia afuera.
Señores, es momento de darse cuenta que sus piernas ya no pueden correr ni siquiera 70 de los 90 minutos. Que están lesionados o sin ganas de correr por el equipo, por el compañero de al lado. Que esas ganas que seguramente tenían al ingresar en política de ayudar al prójimo, luchar contra las injusticias y cambiar la realidad se fue desvaneciendo y  transformando en una obsesion por no querer dejar la cancha aun estando lesionados, perjudicando de esta manera a su propio equipo, a la gente que los apoya y dándo la espalda al paso del tiempo y a los resultados obtenidos.

Con esto no propongo que deban retirarse del juego, sino que podrían ser de ayuda desde otro lugar, otro rol. No desde adentro de la cancha. Sino ayudando al equipo en otra función. Despojandose de egoísmos y pensando en el bienestar general.
Rompan esa barrera que ustedes mismos armaron agarrándose unos a otros de las manos y permitan que ingresen esos nuevos jugadores que quieran aportar al equipo. No se quienes serán esos jugadores, quizás su visión permita detectar quienes son los adecuados para seleccionarlos, entrenarlos y , si ya están como dirigentes, a solventarlos.
Pero esta tarea es de suma urgencia. Porque a medida que pasa el tiempo corremos el riesgo de perder la visión que ustedes pueden tener como preparadores y perdemos también la posibilidad de ver a nuevos jugadores demostrar su potencial en el que quizás sea el mejor momento y oportunidad de su función.
Nunca es tarde para tomar la decisión correcta. Abran esa puerta. Rompanla si fuese necesario. Permitan que esa suma de individualidades, egoísmos  y club que integran se parezca más a una familia o por lo menos a un equipo. Que crezca con la participación de todos sus integrantes. Donde los nuevos se sientan importantes con el apoyo, la experiencia y las vivencias de los viejos jugadores.
Pero haganlo rápido antes que de estas nuevas apariciones se olviden de sus hazañas por no haber podido escucharlas, no por desinteres, sino porque ustedes mismos no permitieron que entren a escucharlos a ese club que solo ustedes integran.

Siguiendo con esta actitud solo serán un mal ejemplo para que estos nuevos integrantes solo aprendan a obtener privilegios que consiguen a través de estas mañas y vivezas criollas que ustedes practican.

Hagan un repaso, vean los videos de los partidos que jugaron  y cual fue su desempeño. Levanten la mano, permitanse la humildad ( virtud que nunca debemos perder) de reconocer donde estuvo el error. Sino seguirán repitiéndose resultados negativos y estaremos ocupados solamente pensando en mitad de tabla para abajo.

Nobleza obliga: Felicitaciones por elegir por primera vez a una mujer como presidenta del partido! Sin dudas, es la única decisión progresista que tomaron en muchísimo tiempo.